martes, 26 de noviembre de 2013

Instrucciones para el uso del tiempo


Desnudar el tiempo.
Acariciar el tiempo.
Besarnos
todo el tiempo
para que la ausencia duela menos.

Hacer con él una pelota para jugar volando
y arrojarlo juntos
lo más lejos posible de la cama.

Pasar luego mucho tiempo
buscando el tiempo
entre abrazos llegotarde
y besos quempezamosotravez.

Hallar
más tarde el tiempo
hecho un ovillo en un rincón
cerca de la ventana.
junto con las responsabilidades cotidianas
y tus bragas.


sábado, 16 de noviembre de 2013

Digo

Digo


No digo Siempre
porque los siempres tienen púas,
no digo Nunca
porque me ofenden las fronteras.

Y digo Vienes,
una ola de maletas nadando por mi calle
y tú con una toalla en cada mano.

Digo Se puede si se quiere,
y si se quiere,
los hombres del saco
se vuelven espantapájaros
que no saben ni pueden espantar
a los pájaros que me nombran
cuando duermes.

Digo Mañana
cono digo azada,
calle con salida,
Sésamo sin pasword,
o tú sin bragas.

Y digo Ahora
porque ahora es cuando
me lates y te lato con la sangre,
con la memoria ligera como un ave,
que aunque le lastren las alas de presagios,
siente sentir
                    volando.

martes, 12 de noviembre de 2013

Aquí

http://youtu.be/oER4OrXXUl8





Aquí
llueva o no llueva,
es donde empieza el arco iris,
porque vienes.

Aqui
la claridad se enciende
cuando nuestras penumbras chocan,
luminosas.

Aquí
la noche se bautiza de sudores benditos
y el pecado nos vuelve
casi santos.

Aquí
hacemos con el tiempo rebanadas
y del deseo mermelada
y nos untamos.

Aquí
se cumplen todas las promesas
porque todas
pretenden lo imposible.

Aquí
somos instrumentos
hambrientos de melodías
y yo estoy pleno de dedos
y estás cubierta de teclas.

Aquí
la eternidad debe ser eso
que es mucho más
que todo el tiempo,
y se esconde en tu cuerpo,
eso que ando buscando
dentro
todo el tiempo.

Follarte el amor

Colchón en el suelo
ojos en las nubes
aromas de canela
perfume de huracán
Los balcones no necesitan ser discretos.

Aplausos que mereces.
Arena entre los dedos.
Ése llover a cántaros.
Nacer donde me muero.
Un tobogán para que jueguen los miedos

Caravana de grillos.
La sangre y su gobierno.
Trenza de miembros
Caníbales ingenuos.
La masacre de resucitarte entre los dedos.

Amnesias temporales.
Aprendernos de nuevo.
La razón de mis venas.
El desorden de tu pelo.
El tiempo, el cuello de un cisne negro.

Voy a seguir follándote el amor.
Porque sospecho
que los que presumen de hacerlo
en realidad
lo compran hecho.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Ángelus

Cuando te abrazo desnuda después del estallido tuyomío la respiración vuelve a mentir normalidad donde aún 
late el milagro.

Y hay querubines de vapor en las ventanas, sonrisas tragamiedos, dedos de que hablan aleteando.
El tiempo 
se nos escurre entre las alas.

Y somos ángeles felices 
de tener sexo, flotando juntos antes de ir 
a por más.

Presentación de la nueva edición de CRACOVIA SIN TI



EL JUEVES 7, A LAS 21.00, 
EN 
DIABLOS AZULES
FIESTA DE PRESENTACIÓN 
DE LA NUEVA EDICIÓN 
DE 
Cracovia sin ti

Apodaca, 6. Metros Bilbao y Tribunal

domingo, 3 de noviembre de 2013

El martes, Hijos de Mary Shelley en Madrid



HIJOS DE MARY SHELLEY POR FIN EN MADRID

Actuar en una biblioteca pública tiene significados y connotaciones que Hijos de Mary Shelley quiere incorporar a su propuesta. Por ello, mientras preparamos para el año que viene nuestro estreno teatral en Madrid, haremos cuatro actuaciones en El Rincón de la Poesía. Biblioteca Manuel Alvar, calle Azcona 40, todos los martes de noviembre a las 19.00. 
Maestros de ceremonias: Raquel Lanseros y Fernando Marías.
Día 5: Carlos Salem, Shone, Adrián Gualdoni.
Día 12: Vanessa Montfort, Carlos Marzal.
Día 19: H de Ada.
Día 26: Vanessa Montfort y Ruth González, "Sirena negra".
La soledad, ya se sabe, es el lugar donde los monstruos se hacen compañía.

ENTRADA LIBRE

martes, 29 de octubre de 2013

Cabalgamos

Sabes
que los perros de la memoria
muerden
pero ya
casi
no ladran.

El porvenir nunca viene
-que ya lo advirtió don ángel-
pero vienes tú
derritiendo aceras
licuando soledades.

Los perros huelen mi sangre
como yo huelo tu carne
con  hocico de mastín
con el rabo desafiante.

Y no hay futuro/
ni presente/
ni pasado/
pero hay aquí/ ahora/
tú/
yo/
y un domingo que se abre.

El mañana es el placebo
que se inyectan los cobardes
y en este cuarto anochece
siempre a las seis de la tarde.

Los perros
hoy
aúllan para nadie.

El sol, cabreado,
busca a la luna
en vano.
Está desnuda en mi cama.

("Después de El Animal")

Masqueriendo

El otoño es un invierno de ganas.

La gente en la calle
se abriga con intemperies de marca.

Dentro
hacemos primaveras como panes
un collage de pieles 
en el que nungún elemento se despega;
hacemos masqueamor
nos follamamos,
y los árboles de metal
se quejan por el ruido
se quejan los pájaros de  madera
(que no vuelan tan alto)
maúllan ofendidos
los gatos de plástico
y las agraviadas paredes
dicen que las arañas
o les pegas amorosos cabezazos.

Por suerte no tenemos ropa 
para vestirnos y ser otros.
Ni tenemos tiempo 
para salir a disculparnos.
El tiempo se ha suicidado 
saltando desde mis balcones,
mientras nosotros seguimos 
dentro
masqueriendo
follamando.

Marchando la 2ª edición de "El Animal" y la 3ª del "hombre peonza"

Hace más o menos un mes salía de imprenta mi nuevo poemario, "El animal", y entre viajes por "culpa" de las novelas y mi natural desorden ,todavía no habíamos hecho la presentación oficial en Madrid (salvo la participación en Valiente Inverso) , aunque en otras localidades como Albacete, Zamora y Salamanca, ya anduvimos hace poco casimireando con el libro entre cervezas.
Esta semana, mientras preparamos el recital con Marwan en la Sala Galileo, me informa mi editor, Marcus Versus El que Mola, que ya está casi agotada la primera edición del libro y en breve saldrá la segunda, al mismo tiempo que la tercera edición del poemario anterior, "Memorias circulares del Hombre Peonza".
En esto uno no tiene mucho que ver, el trabajo, bueno o malo, se hizo antes. Si esto ocurre es porque editores, libreros y lectores se pusieron las pilas aunque los libros no aparezcan en vallas publicitarias ni tengan anuncios a página entera en los periódicos.
Esto ocurre porque lo habéis querido así y a uno sólo le queda decir:

¡Gracias, querid@s cabrones/as!


¿Nos vemos el jueves en Galieo?


domingo, 25 de agosto de 2013

Después



(Canción con letra mía, música de Adriá Navarro y bajo de J. Barrena. 
Interpretada por Adriá Navarro)


Hicimos de un sótano oscuro un palacio de fuego,
edén subterráneo de dos, a dos besos del cielo. 
Pero una mañana la noche se llenó de excusas,
cambiaste tus ojos de mar por mirada de intrusa.

Y no se te quita,
no se te quita.

Después, ya ves,
cansado de buscarte en todas, me pierdo en cualquiera,
Después, ya ves,
si vuelvo borracho a mi casa, tu fantasma espera.

Y miras la puerta.
 

Ganamos la guerra contra los caprichos del tiempo,
Volaban los versos, cantaban los cuerpos.
Y así, sin promesas nos fuimos bebiendo recuerdos,
las penas con vino, deseo sin hielos. 
Pero una mañana la noche se llenó de excusas,
cambiaste tus ojos de mar por mirada de intrusa.

Y no se te quita.
 y no se te quita.

Después, ya ves,
cansado de buscarte en todas, me pierdo en cualquiera,
Después, ya ves,
confundo una duna de sal con una cordillera.
Después, ya ves,
dejo las ventanas abiertas por si tú volvieras.
Después, ya ves,
no duermo hasta el amanecer, tu fantasma no llega.

Y miro la puerta.

Sin cuartel


Mis manos te andan buscando
para rasgar tu timidez
con violencia de pájaro.

Y me propongo hacer de nuestros versos
cuerpos
que toquen a las seis
zafarrancho de combate.

Tus maletas
siempre listas
amenazan retirada.

Preparo la invasión sin más armas
que las que ya conoces
y extrañas.

Cargo los dedos de municiones.
Afilo las palabras.

Y busco tu trinchera
con la ferocidad del que sabe
que enfrente no tiene un enemigo
si no un semejante.

Nunca acabaste de escribir
el manual con restricciones para amarte
así que el instinto
es único tratado que nos vale.

Cuando se ponga el sol
estaremos
los dos
más vivos que antes.

sábado, 24 de agosto de 2013

Prólogo de Marwan para EL ANIMAL

Marwan, que además de un músico como la copa de un pino y un poeta de cuidado, es un tipo generoso y un amigo cojonudo, me escribió el prólogo para el nuevo libro El Animal. Es este:


Los amores de un tigre veterano

Cuando leí este libro que tienes entre las manos me entraron más ganas de hablar sobre la mujer a la que está dedicado que sobre el propio autor porque sólo un gilipollas no se enamoraría de una mujer como la que Carlos describe en estas páginas. Porque una chica que se come el mundo con los ojos, una mujer que cuando teme que el futuro pueda quedarle grande te llama para que le hagáis un corte de mangasuna pantera que sabe querer de un modo inédito es alguien de quien no puedes huir sin dar gracias al cielo, a sus padres, a Buda o al destino por haberte cruzado con ella y de quien no puedes huir sin cruzarla antes a nado. Tendré que resignarme por amistad (y también por respeto a la joven pantera en cuestión) a hablar sobre el autor y sobre los poemas. Sé que él me perdonará que haya comenzado así su prólogo porque sabe que yo también sé lo que se siente cuando una mujer pantera te deshace a zarpazos el alma.

Carlos es un tigre veterano en la poesía y en los colchones. Lo mismo te clava una metáfora que un colmillo y lo peor (quiero decir, lo mejor) de todo es que, haga una cosa u otra, te pillará desprevenido, estás condenado ante sus versos. Cualquier mordisco o adjetivo te llevará directo a visitar su jungla de cafés llenos de muchachas que cambian las bragas por poemas y de poetas que cambian su alma por unas bragas.
Carlos sale a cazar poemas con sigilo, lo hace por la noche, cuando los versos están desprevenidos y esas pasiones de dudosa reputación piden formar parte de un folio. Así escribe él, como un experto cazador, siendo uno de los pocos que pueden traer piezas tan buenas, porque Carlos como los grandes depredadores sabes que no fallará, que cuando se arroje sobre el papel este no saldrá intacto, que conseguirá hacerse con el y traer un gran poema entre sus fauces.
Un canalla con el corazón de terciopelo, exactamente lo mismo que un lobezno, salvaje pero tierno, delicado y animal, así es Carlos, capaz de comerte a dentelladas el alma o el sujetador sobre las líneas de un poema y me temo que por extensión en la vida real. Pero como él mismo diría, Sr. Lobo, no nos las chupemos. Vamos a hablar del libro.

No distingo capítulos o partes diferenciadas en este libro. No hay secciones. Las diferentes partes del libro serían el pelaje, los mordiscos, la mirada inquietante, el sexo oculto, los movimientos, el sigilo y los zarpazos de una mujer pantera que te deja el corazón no sé si en mejor estado pero sí más agradecido a la vida. Son poemas que se tiran a tu cuello como un felino y no quieren soltarte porque quieren que entiendas la lección: que un colchón es la felicidad en miniatura y una vida sin pasión un trampolín hacia la nada.

Son poemas como embestidas suaves, que te golpean como un cachorro torpe, que te miran con delicadeza. Cualquiera que los lea se dará cuenta de que dos polos considerados como opuestos, lujuria y ternura, pueden abrazarse y ser parte de la misma cosa, del mismo corazón, que no tienen porque estar reñidas una espalda arañada o acariciada si al fin y al cabo el delito lo comete la misma mano. Esa es una de las principales características de la poesía de este libro, que es salvaje y acogedora al mismo tiempo. Hay pocas personas que sean capaces de escribir la palabra coño sin crear un agujero en un poema, sin que pierda el pudor una página en blanco. Él lo consigue y hace que te entren ganas de acariciar lo que relata. Nadie sabe decir coño como él lo hace, aquí queda demostrado.

Los ciegos pensarán que esto son solo poemas de amor, únicamente poemas de amor. Y sé equivocarán. Ningún poema es solo de amor cuando entra hasta el centro de los miedos y desnuda el alma de quien lo escribe. Ahí está lo especialmente conmovedor de la poesía y de este libro, cuando Carlos, un tigre veterano curtido en todo tipo de colchones, combatiente en los más oscuros bares, sicario de tantos corazones reconoce lo siguiente: que hasta ahora solo había conocido el amor por partes, que no había encontrado un amor completo, de 360º, como afirma cuando escribe “Así viví hasta ahora/ amando piezas de un puzzle femenino que me asustaba completar./ … A ti /en cambio te vi completa”. Lo impresionante de esto es el descubrimiento que de aquí se extrae: que alguien que ha vivido mucho y deprisa y ha transitado millones de emociones, que un tigre veterano endurecido en todas las batallas vea su alma inundada por la delgada inocencia de una pantera muchos años menor y se sorprenda de lo mucho que esa inocencia le descubre sobre sí mismo. Se confirma así aquello que una vez escribió Millás al afirmar que recuperar la ingenuidad es una de las mayores conquistas que se pueden llevar a cabo en la madurez. Y esto, como comprenderéis, solo puede provocarlo el amor, ese idioma que nos desnuda y vuelve a convertir a los amantes en dos cuadernos sin estrenar.

Igual de sorprendido queda nuestro poeta cuando de la mina de su lápiz comienzan a brotar versos sin fiebre, metáforas en almíbar, adjetivos de color rosáceo. Él lo acaba reconociendo, la felicidad hace sentir pleno al corazón pero a veces tiene un alto precio porque le quita credibilidad a quien escribe. La tristeza siempre es más fácil de relatar que el júbilo y la alegría no suele ser fotogénica: No consigo imponer a mis poemas/ la angustia que los vuelva respetables. La explicación a esto es simple: es culpa del amor. El verdadero amor que te hurta algunos versos pero a cambio lo transforma todo, convierte a un viejo en un cachorro. Al igual que el rencor y el desencuentro deforman la mirada del resentido, el amor lo deja todo renovado, le pasa un ambipur al alma y devuelve la agilidad felina al corazón del tigre gastado por los años: Ambos, gato y pantera,/ comparten el elástico lenguaje/ de sus cuerpos,/ y yo olvido que solo soy/ un tigre viejo,/ para sumarme al abrazo,/ cachorro de nuevo. El amor sin duda lo deja todo más limpio, incluso a nosotros mismos, es la gran revolución de nuestros tiempos y Carlos lo sabe: aquella tarde en mi salón/ supe quién soy/ al verme en tus ojos./ No se lo digas a nadie/ por favor / pero / casi me gusté. 

            No hay un hombre que posea un tesoro y no tenga un mínimo miedo a perderlo al mostrarlo a ojos del resto. El amante a menudo se siente inseguro y ve un lobo en el resto de hombres, teme ser el cazador cazado. Así los celos asoman el hocico por alguno de estos poemas, celos provocados por el miedo a perderla y que provocan que en un momento dado cruce por la cabeza de nuestro autor la idea fugaz de amarrarla con fuerza para que no se escape. Unas líneas después recapacita y entiende rápido aquello que cantaba Jorge Drexler en su canción: Estás conmigo, estamos cantando a la sombra de nuestra parra, una canción que dice que uno solo conserva lo que no amarra. Así nos cuenta el poeta cómo finalmente no cede al impulso de poner grilletes a la belleza: A veces siento/ la sucia tentación de enjaular sus maravillas./ Pero aunque pudiera ,/ no lo haría:/ ella es libre, feliz,/ y un poco mía. Estas son las contradicciones de todo amor, de todo amante que quiere lo mejor para ella y a veces teme que lo mejor para una joven pantera no sea precisamente lo mejor para un tigre veterano: Necesitar es el verbo que más odio,/ pero cuánto necesito que me necesites,/ que te falte un pedazo si estoy lejos,/ que me busques en tu pecho y en tus ingles. Los expertos en crecimiento emocional hablarían de dependencia, de que en estos versos el apego extremo disminuye la fuerza y autoestima del individuo pero a un tigre veterano no le hacen falta cursos de autoayuda para ser feliz. Aunque los cuerdos nos digan: Que un colchón en el suelo queda lejos del Nirvana/…/ Que es mejor un buen currículum que una sincera biografía./…/ Que la paz es solo la capital de Bolivia y la justicia una gallina ciega. Aunque tengan razón cada vez que nos suelten cosas como: Que no siempre serás joven y es mejor vender a tiempo/, él tiene una respuesta mucho más concluyente y feroz: que la razón / nunca lloró de felicidad tras un orgasmo, /o de premonición con un verso de Gonzalez/ que la razón nunca se sintió de cristal pero irrompible/ que es justamente como se sienten los amantes de este libro, eternos aunque la inmortalidad dure un parpadeo. A Carlos le basta una piel a corto plazo y saber que ella también precisa sus mordiscos porque los felinos nunca han entendido de convenciones, ni se piden eternas garantías: Yo quiero que me quieras a tu manera/ aunque lo digas poco y lo sientas todo el tiempo/ aunque nunca me escribas un poema./. Porque el amor que se sabe real no tiene puerta, viene sin cerraduras, y no busca paracaídas porque tampoco le interesa pisar tierra firmeNo importan las consecuencias, lo que importa es sentir, exactamente igual que al escribir un poema, que uno no sabe si dañará a alguien al hacerlo y no le importa siempre que consiga su objetivo: llegar al reverso de las cosas, ese lugar donde lo poético convierte en mágico lo ordinario. De esto sabe demasiado nuestro autor.

Como comprobareis este libro pasa por emociones de todo tipo: deseo, ternura, apego, celos, miedo, renovación emocional, veneración, sorpresa, lujuria, … Una de las pocas emociones que no transita es la decepción. Este es un libro para la esperanza, dure lo que dure. Da igual cuántas relaciones hayas transitado. Cualquier día, una joven pantera puede devolverte la alegría, sacudirle el polvo a tus rincones, elevar tu corazón a los altares.

Ahora toca acabar este prólogo, hacerlo de un modo brillante, con una volea con la zurda que entra por la escuadra, pero no es fácil, no me sale algo tan certero como esto que escribe el propio Carlos: Malditos poetas, los buenos,/ que le quitan al poeta mediocre/ la ocasión de decirte / nada mas original que / "has vuelto" y "te quiero"./ Para ellos la gloria y el talento./ Para mí, el milagro de tocarte/ y saber que sólo lo imposible/ es cierto. En este caso, yo tampoco tendré la gloría de rozarla pero sí el honor de que un genio al que admiro y quiero, me diera la oportunidad de escribir este prólogo, haciendo, como dicen sus 2 últimos versos, que lo imposible sea cierto.


                                    Marwan (Mayo de 2013)

Con piel de lobo

No me pidas la calma de praderas
en que pastan su certeza  las ovejas.

No reclames la paz
cuando has nacido para vivir en guerra.
Ni esperes compasión y treguas
de este devoto enemigo que te asedia.

No pretendas de mí más que la osadía
de deshacer relojes con caricias
dibujarte los mapas del tesoro con la lengua
destejerte y tejerte un palacio entre las piernas.

Seré tal vez ese que pasa con ganas de quedarse
a levantar contigo una ciudad sin policías
una aldea de besos
una iglesia sin rezos
un recuerdo que no duela.

Ese viento que te haga dudar entre dos pasos
y que te pida volver al lugar
en el que supiste
de verdad
quien eras.