martes, 29 de octubre de 2013

Masqueriendo

El otoño es un invierno de ganas.

La gente en la calle
se abriga con intemperies de marca.

Dentro
hacemos primaveras como panes
un collage de pieles 
en el que nungún elemento se despega;
hacemos masqueamor
nos follamamos,
y los árboles de metal
se quejan por el ruido
se quejan los pájaros de  madera
(que no vuelan tan alto)
maúllan ofendidos
los gatos de plástico
y las agraviadas paredes
dicen que las arañas
o les pegas amorosos cabezazos.

Por suerte no tenemos ropa 
para vestirnos y ser otros.
Ni tenemos tiempo 
para salir a disculparnos.
El tiempo se ha suicidado 
saltando desde mis balcones,
mientras nosotros seguimos 
dentro
masqueriendo
follamando.

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